El futuro de tus logros - David Omar Gallardo
Cementerio de Coronel Isidoro Suárez - Pcia. Buenos Aires.


"... ¿Qué tengo que decir a voces? Que toda carne es hierba, y toda su gloria como flor del campo" Isaías 40.6

Una vez escuché un relato de un niño que jugaba en la playa, construyendo castillos. Ponía todo su empeño, y al llegar el final del día, la marea comenzaba a romper el trabajo de sus manos de a poco, hasta que el castillo desaparecía. El niño miraba con placer el trabajo de las olas, y trataba -en la medida de lo posible- de ir reparando su construcción inútilmente.

El niño es sabio, construye sabiendo que a la tarde todo va a ser destruido por la marea.

Mientras caminaba por el cementerio de un pueblo, me sorprendí con los mausoleos construidos para personas memorables en su época, y a pocos metros habían tumbas comunes, donde se acomodaba una sencilla cruz sobre un montículo de tierra.

Los cuerpos que esperan el juicio final en el mausoleo, como los que se encuentran enterrados en las fosas comunes me resultan igual de anónimos. Ignoro si tuvieron algún logro memorable, y es muy difícil averiguarlo.

El edificio de la foto es una bóveda, que por falta de pago -posiblemente por falta de descendencia- le retiraron la lápida de identificación del apellido. El edificio sigue en pie, pero es una mole anónima, con la puerta sellada con una chapa, y lleno de palomas -y caca de palomas- en su interior, con pastos en el techo, y a su vez algunos nidos de avispas alrededor.

No olvidemos que la marea del tiempo, en algún momento se llevará toda nuestra obra.

"... ¿Qué tengo que decir a voces? Que toda carne es hierba, y toda su gloria como flor del campo" Isaías 40.6



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