No importan las vidas, ni sus familias, importa la oportunidad política -dicen los operadores.
El día de la desaparición de Maldonado presuntamente por parte de la Gendarmería Nacional -Macri-Berni-, se registró el sitio web www.santiagomaldonado.com, y luego se gestionó la recepción de fondos por parte de la familia desde el estado.
El uso político de Maldonado fue descarado, y obsceno. Utilizado por los kirchneristas contra los macristas. Y aún habiendo aportado peritos privados por parte de la familia, se negaron a aceptar sus dictámenes -unánimes-.
Hoy en día, la desaparición de Facundo Astudillo, presuntamente por la Policía de Buenos Aires -Kicillof-Berni- también se comenzó a utilizar políticamente por otro sector.
Y he aquí el punto de inflexión, quienes se rasgaban las vestiduras por Maldonado haciendo uso político del tema, ahora actúan un desaire falso por el uso político del caso Astudillo.
En el fondo vemos que a los movimientos políticos, que salen con vehemencia a defender sus posiciones, en el fondo no les importa la vida de los demás, en tanto y en cuanto no les sirva políticamente.
Algunos hacen una correcta lectura de que esto es parte del juego político, que cuando lo hacen ellos está bien, y cuando lo hace otro está mal.
Esto es parte de la hipocrecía política, siendo que los evangelios dicen que los hipócritas no entrarán en el reino de los cielos, sino que su parte está en el lago de fuego, el eterno lloro y crujir de dientes. Gracias a Dios que por la gracia hay perdón para quienes con arrepentimiento reconocemos nuestra condición y miramos a la cruz de Cristo. Por ello es importante la prédica del evangelio, abrir la posibilidad del arrepentimiento para el perdón de pecados, pagado con la muerte de Jesucristo en la cruz del calvario.
Cuando Cristo vuelva a la tierra a reinar, va a romper esta cultura política, y el resultado va a ser que algunas naciones que insistan en el uso de la hipocrecía “van a ser quebradas como vasos de barro”, un concepto interesante para ver cómo ocurrirá.
Volviendo al caso de Facundo Astudillo y Santiago Maldonado, son dos hechos dolorosos, y lo mejor que podrían hacer los políticos es evitar meterse, ya que el sistema político argentino lo único que ha demostrado es ser un sistema inepto, que fracasó en el 70 en la pacificación social -secuestros y muertes por parte de Montoneros-ERP-AAA en democracia-, y demostró fracasar desde la vuelta de la democracia.
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