La ruina del casino argento - David Omar Gallardo

La ruina del casino argento

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La economía argentina se ha transformado en una mesa de dinero. Es lo que han logrado los cráneos de las Universidades de la empresa y las finanzas 'modernas'. Los magnates de la big data, que presuntamente navegan con todos los instrumentos de navegación para evitar transitar en decisiones peligrosas.
Y esto no es noticia, ni novedad, sino obviedad.
Son los artífices de las bombas de las Lebacs, que por fortuna se trataba de una deuda en pesos, para convertirla en una deuda en dólares, bajo el nombre de 'desarme'.
Y de esta manera llegamos a una conclusión muy clara: no existe una mano invisible que le de equilibrio al mercado.
Quienes están a cargo de las finanzas públicas comparten una fe ciega, y casi condenatoria: la fe en el mercado.
El problema es que el mercado en nuestras tierras lo conforma un grupo de personajes que tienen un único objetivo, su patria no es el otro, ni siquiera la argentina, sino el billete. Su único objetivo se resume en una única palabra: rentabilidad.
Es erróneo pensar que el fortalecimiento de los mercados financieros, es decir la compra-venta de acciones, el éxito en la venta de bonos (con tasas astronómicas), son una causa del crecimiento económico. Error. Deberían ser un reflejo.
No voy a ahondar en lo que diferentes pensadores han desarrollado, sobre la fuente de las riquezas de las naciones, pero evidentemente en nuestro país hay pocas.
Esta fe, esta devoción ciega en el mercado marcó su principal debilidad. Aquellos "fallos de mercado", no son cuestiones accidentales, sino constantes en todos los mercados del mundo.
Por eso la denominación "fallos" es errónea, debería denominarse "conducta" del mercado.

Crisis es oportunidad
El problema principal es que convertir en oportunidad una crisis demanda un cambio de rumbo. Y para los devotos del mercado es impensable un arrepentimiento, un abandono de su fe; por eso reiteran dogmas como "vamos bien... no vamos a cambiar el rumbo económico... no hay fracaso económico", que más que dogma es una irresponsabilidad kamikaze.
Cambiar el rumbo y convertirlo en oportunidad significaría ordenar al mercado definiendo las reglas de juego, controlar quién compra divisas extranjeras, por qué las compra, controlar quién importa bienes extranjeros y por qué los importa. Igual que en una casa, que en una economía de hogar, donde si un padre de familia de clase media, ve con sorpresa que su hijo menor de edad tiene un simulador de realidad virtual fuera de las posibilidades económicas de su familia, mínimamente va a preguntar cómo lo obtuvo.

Casino en ruinas
Y de la misma manera en la que el casino es el impuesto de los pobres, en la misma dimensión en que se levantan suntuosos edificios resaltando en medio de locales humildes, hoy el 'mercado' es la vedette del empobrecido aparato económico argentino. Lo que sigue es conocido, una vez que el emprendimiento timbero se vuelve poco rentable, se levanta y se va. Sólo quedan las ruinas.


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