Escuché con variada frecuencia que Jescucristo -Dios en un cuerpo humano- fue asesinado exclusivamente por los Romanos, como así también por los judíos, como así también que por ambos en connivencia.
Pero para encontrar las verdaderas causas, hay que remitirnos a la misma palabra de Cristo, y de los apóstoles que él mismo levantó.
Cristo: "Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre". Evangelio según Juan 10:17-18
En esta explicación encontramos el primer inconveniente histórico, no podríamos señalar ni a los romanos, ni a los judíos como quienes le quitaron la vida, ya que en ese caso entraríamos en franca contradicción con las propias palabras del Mesías. Y sabemos que quien no es con Cristo, es contra él.
Cristo vino al mundo con la misión de morir en la cruz, para pagar el pecado de toda la humanidad, de todos los tiempos "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él" (Juan 3.16)
En esta línea el Apóstol Pedro expresó: "... sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros, y mediante el cual creéis en Dios, quien le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios" 1ra Pedro 1.18-21
Pero lo más profundo sigue a continuación, la muerte de Cristo fue un sacrificio que exigía la justicia divina -impagable para cualquier hombre-, manifestado en un momento histórico; al respecto dijo el Apóstol Juan: "Y la adoraron (a Satanás, la bestia) todos los moradores de la tierra cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado (sacrificado) desde el principio del mundo". Apocalipsis 13.8
"... para que se cumpliese lo dicho por el profeta, cuando dijo: Abriré en parábolas mi boca; Declararé cosas escondidas desde la fundación del mundo". Mateo 13.35
Y este plan fue diseñado para todos los hombres y mujeres, tal como lo explica el Apóstol Pablo en la Carta a los Romanos, capítulo 3ro: " porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado. La justicia es por medio de la fe
Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.
¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe. Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley. ¿Es Dios solamente Dios de los judíos? ¿No es también Dios de los gentiles? Ciertamente, también de los gentiles. Porque Dios es uno, y él justificará por la fe a los de la circuncisión, y por medio de la fe a los de la incircuncisión".
Es decir que, la muerte de Cristo fue planificada por los designios divinos para satisfacer el sacrificio que requería la justicia de Dios, por el pecado de cada hombre y mujer de todos los tiempos, y en virtud de dicho sacrificio quienes hemos creído en el mensaje somos justificados.
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