En 1948 se creó el moderno estado de Israel en un solo día, por reconocimiento de la O.N.U.
“¡Antes que estuviera de parto, dio a luz un hijo! ¡Antes que le vinieran dolores, dio a luz un varón! ¿Quién ha oído cosa semejante? ¿Quién ha visto tales cosas? ¿Se dará a luz a un país en un solodía? ¿Nacerá una nación de una solavez? Pues apenas sintió los dolores, Sión parió sus hijos. Yo, que abro la matriz, ¿no haré parir?, dice YHVH. Yo, que hago engendrar, ¿la voy a cerrar?, dice tu Dios” (traducción Biblia Textual)
“Antes que estuviese de parto, dio a luz; antes que le viniesen dolores, dio a luz hijo. ¿Quién oyó cosa semejante? ¿quién vio tal cosa? ¿Concebirá la tierra en un día? ¿Nacerá una nación de una vez? Pues en cuanto Sion estuvo de parto, dio a luz sus hijos. Yo que hago dar a luz, ¿no haré nacer? dijo Jehová. Yo que hago engendrar, ¿impediré el nacimiento? dice tu Dios”, Libro de Isaías, capítulo 66, versos 7 a 9, aprox. Año 539 A.C. (Traducción Reina Valera 1960)
“En estos versículos se predice el renacimiento de Israel en tiempos del reino mesiánico milenario. Así la restauración escatológica de Israel es mencionada inmediatamente después de la mención implícita (v. 6) del día de Jehová.
1. A juicio del traductor, el versículo 7 tiene un extraño parecido con Apocalipsis 12.5 y podría arrojar una luz insospechada sobre tan oscura porción (v. el comentario a Ap. 12). En la alegoría que aquí tenemos delante, la mujer que está de parto es Sion (v. 7), lo cual no obsta para que se aplique también a Israel (Ap. 12.1), por ser Sion el centro religioso del país. Se dice (v. 7b) que dio a luz un hijo varón antes de que le viniesen los dolores de parto, lo cual significa que la salvación final de Israel (comp. Con Zac. 12.10, 13.1, Ro. 11.26) vendrá por sorpresa, como por sorpresa vendrá también el juicio (v. 6) a los malvados (...)
2. Más sorprendente aún que el nacimiento de un varón antes de que la madre sienta los dolores de parto, es que la mujer de a luz en un solo día a toda una nación (v. 8). La conversión en masa de los judíos es aquí comparada al nacimiento de una nación. El Apóstol Pablo lo compara (Romanos 11.15) a una resurrección de entre los muertos: «Porque si su exclusión es la reconciliación del mundo, ¿qué será su admisión, sino vida de entre los muertos?»
3. Esto será obra de Dios, quien no deja nunca las cosas a medio hacer (comp. Con Fil. 1.6). El versículo 9 dice así literalmente, según el original hebreo: «¿Acaso haré yo llegar hasta el punto de dar a luz y haré nacer, dice Jehová? Si yo hago nacer, ¿cerraré el vientre?, esto es, ¿dejaré el parto a medio acabar?, dice tu Dios». Esto significa que la «rápida restauración que se ha iniciado se completará. Dios no dejará Su obra sin terminar» (...)”. Matthew Henry, Comentario Bíblico, “An Exposition of the Old and New Testaments”, año 1708-1710.
El milagro de la creación del moderno estado israelí es sólo una muestra de lo que vendrá en el futuro, cuando el pueblo hebreo reconozca -se convierta en términos espirituales- a su mesías Jesucristo.
La actual sociedad hebrea se encuentra errada, al no comprender el plan que fue trazado a través de toda la Torá y los libros proféticos. El mismo libro del profeta Isaías marcaba que el mesías sufriría por todos los que creemos en él, que él llevaría el castigo por nuestros pecados.
Sin embargo, al no poder encuadrar el plan divino en sus propios conceptos y estructuras de conocimiento religioso, planificaron y llevaron adelante la muerte del Mesías.
Los verdugos hebreos decían “Que su sangre esté sobre nosotros”, en referencia a la culpa por matar a un inocente, al mesias.
Y en concecuencia -Dios no sólo es amor, sino también justicia- el pueblo hebreo ha sufrido distintos jucios divinos. “Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo”. La descripción de los campos de concentración fueron descriptos por el profeta hebreo Ezequiel, cuando describe el “campo de los huesos secos” (Ezequiel -595 y 570 a.C- capítulo 37)
Sin embargo, la maldad del pueblo hebreo, son un reflejo de la maldad de la humanidad, que ha sido puesta para testimonio. Es por esta razón que el Apóstol Pablo hizo un extenso análisis de la situación del Israel contemporáneo:
“Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para salvación. (...) Mas no todos obedecieron al evangelio; pues Isaías dice: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio? Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios. Pero digo: ¿No han oído? Antes bien, Por toda la tierra ha salido la voz de ellos, Y hasta los fines de la tierra sus palabras. También digo: ¿No ha conocido esto Israel? Primeramente Moisés dice: Yo os provocaré a celos con un pueblo que no es pueblo; Con pueblo insensato os provocaré a ira. E Isaías dice resueltamente: Fui hallado de los que no me buscaban; Me manifesté a los que no preguntaban por mí. Pero acerca de Israel dice: Todo el día extendí mis manos a un pueblo rebelde y contradictor.” (Carta de Pablo a los Romanos, capítulo 10)
“El remanente de Israel Digo, pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo? En ninguna manera. Porque también yo soy israelita, de la descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamín.(A) No ha desechado Dios a su pueblo, al cual desde antes conoció. ¿O no sabéis qué dice de Elías la Escritura, cómo invoca a Dios contra Israel, diciendo: Señor, a tus profetas han dado muerte, y tus altares han derribado; y sólo yo he quedado, y procuran matarme?(B) Pero ¿qué le dice la divina respuesta? Me he reservado siete mil hombres, que no han doblado la rodilla delante de Baal.(C) Así también aun en este tiempo ha quedado un remanente escogido por gracia. Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra. (...) Así que en cuanto al evangelio, son enemigos por causa de vosotros; pero en cuanto a la elección, son amados por causa de los padres. Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios. Pues como vosotros también en otro tiempo erais desobedientes a Dios, pero ahora habéis alcanzado misericordia por la desobediencia de ellos, así también éstos ahora han sido desobedientes, para que por la misericordia concedida a vosotros, ellos también alcancen misericordia. Porque Dios sujetó a todos en desobediencia, para tener misericordia de todos. ¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero? ¿O quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado? Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén”. Romanos cap. 11.
Es por esto que el tiempo presente se encuentra con un pueblo de Israel totalmente apartado de Dios, y por tanto viviendo en desobediencia, con todo lo que ello implica, es decir arrastrándose y arrastrando a su entorno a las mas bajas miserias del dinero, del placer y del amor propio desmedido.
Sin embargo, luego de que se cierre esta primera etapa de la historia, con la Iglesia cristiana ya ausente por encontrarse arrebatada, vendrá el tiempo del arrepentimiento del pueblo judío.
Es por ello que, más allá de las miserias que vemos cometer a los descendientes de Abraham, Dios tiene aún en vigencia su plan, aún sigue salvaguardando a un remanente. Y por esta razón, siguen vigentes las promesas dadas a Abraham, donde dice que quienes maldigan a Israel serán malditos por Dios, y quienes lo bendigan serán bendecidos.
Si un extraño atina a castigar a un hijo nuestro que se está portando mal, seguramente reaccionaremos defendiendo a nuestro hijo y apartando al extraño; y luego veríamos cómo corregiríamos la mala conducta con nuestro hijo a solas, de la misma manera actúa Dios con su pueblo.
De la misma manera en que Dios sigue siendo fiel a sus palabras de compromiso con un pueblo rebelde y contradictor, el mismo sigue siendo fiel a las palabras de compromiso respecto a nuestra salvación, para quienes creemos en Jesuscristo, Dios hecho carne, el mesías.
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